martes, 20 de noviembre de 2007

"Una Misión Cumplida"

De las misiones jesuíticas argentinas solo quedan algunas ruinas cubiertas por la selva en las provincias de misiones y corrientes.
Estas reducciones comenzaron a gestarse en el siglo XVIII cuando la corona española autorizo a la compañía de Jesús (la orden religiosa de los jesuitas). Y así fue como estos religiosos se instalaron para organizar a los indígenas de los territorios guaranies cercanos a los ríos Paraná, Uruguay, Iguazú y Acaray.
Ellos lograron que 70 pueblos guaraníes, se hicieran sedentarios, los urbanizaron ,le enseñaron oficios, unificaron su idioma, y consiguieron que explotaran su faceta artística trabajando distintos materiales. Alcanzaron hacer una imprenta con tipos de madera en medio de la selva e imprimir libros que hoy se conservan.
Los jesuitas lograron instruir a los aborígenes sin maltratarlos ni abusar de ellos como sé hacia con las formas de servicio personal que se implementaban antes que llegaran los ignacianos, (como la encomienda, la mita y Yanaconazgo).
Durante 150 años vivieron ordenadamente, construyeron sus pueblos de forma similar, incorporaron la religión, se formaron milicias para defender el territorio de los bandeirantes y respetaron los horarios regidos por el toque de la campana que utilizaban los jesuitas.
Pero según la dinastía de los borbones(“nada que este del estado debe estar contrapuesto al Estado mismo o a sus representantes en ese momento).Y así en 1767 El rey Carlos III de España decreto la expulsión de los jesuitas de todos los territorios españoles. Ya que los españoles veían a la compania de Jesús como una competencia.
Así poco a poco todo se destruyo, y solo quedaron una algunas ruinas con texturas que dibujan los que quedo de la “fusión” momentánea de jesuitas- Guaranies.
Seguramente la solución no era evacuarlos al contrario deberíamos haber aprendido para continuar con esas relaciones. Y no cerrar él capitulo con que solo es una utopía.
Porque partieron en la búsqueda de un ensayo alejado de una civilización corrompida por el lucro, la codicia, la crueldad y lo lograron exiliándose durante un largo tiempo en América como en otros puntos del mundo.

La histórica Iglesia de San Ignacio, un puñado de nuestra historia.


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