martes, 13 de noviembre de 2007

Entre las rejas y la libertad, está la poesía.

“Historial de Soledades” es el nombre del taller de poesía que se dicta en la Unidad de Detención Número 3 de la ciudad de Rosario. Está coordinado por la escritora santafecina Susana Valenti desde mayo de 2001, cuando la Secretaría de Cultura de la Provincia de Santa Fe le hace llegar la propuesta que acepta y dice: “me pareció una idea original y la consideré como un desafío, quería ver qué pasaba con la poesía, porque el taller literario es específicamente poético y hasta la fecha sigo en pie”, afirmó con convicción.
Pero en aquel momento había mucho camino por recorrer, muchos inconvenientes que superar. En primer lugar saber cómo se conformaría el grupo con el que se iba a trabajar, quizás de diferentes edades, distintos niveles educativos, detenidos por diversas causas, sin embargo, todos estos contratiempos no desfavorecieron el funcionamiento del taller, sí lo hace la discontinuidad de la asistencia.


Por ejemplo: el día que visité el penal para presenciar una clase, lamentablemente hubo muchos ausentes. Si bien la coordinadora presenta previamente una lista con los nombres de los alumnos que asistirán, si el personal penitenciario no los va a buscar, no pueden salir de sus celdas, por lo tanto faltan.
Las clases se dictan una vez por semana durante 3 a 4 horas, momento en el que se lee mucho para luego escribir y así lograr sin duda, una buena producción, prueba de esto es que llevan editados tres libros: Entre la Oscuridad y la Valenti-a (año 2002). Cuando eligieron el título para este libro, los “chicos” hicieron un juego de palabras con el apellido de la escritora que es Valenti.
El segundo Libro fue Condición Circular (año 2003): este título tiene que ver con que al penal lo llaman La Redonda, porque los pabellones dan a un vestíbulo que tiene esa forma.
Y el último se publicó en el año 2005, "A Centímetros del Día"; "porque la vida pasa y a centímetros del día” dice Susana.






La presentación de los libros es muy importante para ellos ya que les permite salir y aunque están esposados, ellos levantan los brazos sosteniendo el libro en señal de libertad, como lo manifestó un detenido el día que visité la cárcel, “no estamos privados de pensamientos, sólo de libertad”. Es positivo el contacto con el exterior y con la gente, pero hay que quererlos, ponerles una mano en el hombro, darles un abrazo, en definitiva ser sinceros, porque ellos se dan cuenta si no es así; Susana reafirma esto diciendo “vos los querés y ellos te quieren mucho más que lo que vos los querés”. Sin embargo son pocas las personas que se acercan a este lugar, tal vez porque tienen miedo o se sienten inseguros, lo que sucedió cuando se invitó a algunos poetas locales, o bien porque no les interesa el trabajo social, no obstante, fue visitado por los poetas nacionales y extranjeros, que participaron del Festival Internacional de Poesía que se realizó en Rosario este año. Para muchos de ellos fue una novedad, para los poetas entre rejas, un acontecimiento. En el lugar se intercambiaron escritos, poesías, palabras con diferentes tonadas, pero todo salía del corazón, con sentimientos y sensaciones encontradas, era un día de fiesta en la Unidad de Detención 3.
Hay que destacar el interés que demostraron los medios de comunicación de Rosario y de Buenos Aires, por ejemplo los diarios El Ciudadano,Rosario 12, La Capital, Revista Ñ y también los radiales y televisivos.
Por otra parte la contracara, la falta de apoyo del gobierno. ¿Será porque todo lo que tiene que ver con la cultura no da rédito político? Si bien el proyecto tiene cierto apoyo, no es suficiente, por ejemplo, tendrían que otorgar un presupuesto anual.
Finalmente podemos decir que: escribir es mantener la mente ocupada con sentimientos. Sentirse libres sin estar en libertad. Estar, compartir con quien se quiera, aunque no esté presente. Volar, volar y volar sin tener alas. Entonces, cómo no va a ser positivo escribir estando detenido, si se vive mirando cuatro paredes, viendo los mismos rostros todos los días, escuchando casi las mismas palabras continuamente, que luego se convertirán en frases y terminarán siendo órdenes.
Por lo tanto, bienvenida fue la idea de hacer un taller literario en la cárcel.

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